flims not dead - how to

Sólo lo recomiendo cuando se desea "abrir" el poro para conseguir un revelado de la plata más profundo. No lo considero útil en película de 35 pero sí en la de 120 0 220, blanco y negro. No sólo elimina el tinte anti-halo sino que hace algunas otras cosas interesantes, de hacer caso a los que se dedican a investigar esas cosas al microscopio.

La temperatura del baño previo nunca ha de ser superior -ni inferior- a la del revelador.

Lo que más desearía es que los neófitos perdieran el miedo. Durante años, cuando era joven y no tenía laboratorio, revelaba los carretes de noche en la cocina madrileña, que daba a un patio más negro que el sobaco de un grillo. Después, con ellos revelados, me iba a un colegio mayor donde me colaban a un laboratorio. Tenías que llevar tus químicos porque los que la gente dejaba en las cubetas estaban más gastados que la pipa de Sitting Bull.

Revelar negativos es fácil, tremendamente fácil. Lo más importante es buscar la consistencia de resultados y ésta sólo se produce cuando uno se pone muy exigente con los tres parámetros fundamentales: tiempo, temperatura y agitación. En eso hay que ser como un alemán. Termómetro (si es posible calibrado mejor que uno de los de fotografía) y cronómetro; agitación siempre idéntica y en los intervalos precisos.

Mi maestro, que ha sido un virguero de la densitometría y la química fotográfica, siempre reveló a mano y era tan riguroso que conseguía las mismas densidades revelado tras revelado, sin subir ni bajar una décima. Os aseguro que era así.

Lo más importante es que cojáis un rollo de película estropeada, cortéis en ángulo las esquinas iniciales para que entre mejor en la espiral y no se atasque; con los ojos bien abiertos y a plena luz meted el rollo dentro de la espiral no una vez ni dos sino hasta que os canséis de hacerlo. Cuando ya estéis aburridos y lo hagáis 10/10, haced lo mismo cerrando los ojos. Practicad sin engañaros a vosotros mismos (no abráis los ojos) hasta conseguir la misma precisión. Después, en el cuarto oscuro o en lo que utilicéis como tal, colocad las cosas (tanque, vástago, espiral; película, abridor de chasis, tijeritas y tapa del tanque) siempre en el mismo orden preciso. Así siempre sabréis a oscuras dónde encontrarlas al tacto.

No es difícil pero es la única dificultad con la que tendréis que enfrentaros. Algunas espirales ayudan más que otras, depende de la marca. Yo utilizo Jobo y Paterson pero el 95 por ciento de las veces uso las de la primera marca. Observadlas a la luz y veréis que tienen un pequeño truco para que la película no se atasque: una zona con un pequeño rebaje para colocar ahí los dedos y sentir el extremo de la película. Nada más fácil que hacerse al tacto y desatascar dando ligeros golpes con las yemas de los dedos llegado el caso.

Ánimo. Lo analógico es sencillo y paga dividendos muy grandes en poco tiempo. Un par de tipos de película hasta dominarlos por completo (fidelidad, no os convirtáis en un pruébalo-todo, eso es otro nivel y, la mayor parte de las veces, una tontería), uno o dos reveladores como mucho, un proceso consistente y siempre repetido y muy rápidamente estaréis haciendo imágenes que os satisfarán mucho más que el hecho de apretar un botón y mirar el histograma. Repito: ánimo y vivan los haluros de plata, metal noble.

Hubo una película blanco y negro que también era tricapa, la Rollei r3. Cada capa respondía a una sensibilidad ISO diferente, en función del tiempo de revelado. El genio de Pontevedra, Xosé Gago, fue la única persona capaz de desarrollar un revelador específico para ella. Con la misma película, el mismo revelador y diferentes tiempos disponías de tres películas diferentes.

De buenas a primeras, Maco (o como diablos se llame esa compañía que utilizaba nombres tan prestigiosos) retiró la película del mercado a pesar de que se había hecho con una clientela bastante fiel.

Os dejo un pdf con un artículo de Gago sobre esa película:

www.fotografiamartell.com/images/stories/varios/particularidadesr3.pdf